
Ilustración: ciclomono
Cuando el universo aún olía a nuevo y diosas y dioses andaban atareados fabricando y construyendo aquí y allá mundos con mares, montañas y cielos, hete aquí que uno de ellos, que se sentía terriblemente solo, creó la Tierra y quiso poner sobre ella a un ser que lo acompañara y le diera conversación.
Se puso manos a la obra y creó el oro, la plata y los diamantes; pero aunque todos eran preciosos, no consiguió que le hablaran.
Creó las nubes, las estrellas y la arena; pensando que, como eran infinidad, alguno tendría el don de la palabra, pero tampoco le dijeron nada.
De sus manos salían objetos bellos, pero incapaces de hablar.
Entonces, creó un mosquito, que hablaba demasiado y le impedía dormir, porque cuando no le hacía caso, lo despertaba de un picotazo. No tuvo más remedio que apartarlo de su lado y enviarlo a la Tierra para que volara a sus anchas.
A continuación creó un gato, pero no tardó en darse cuenta de que era un animal demasiado independiente y que cuando lo llamaba para conversar, nunca estaba cerca. También lo mandó a la Tierra, para que la recorriera entera.
Seguidamente creó un perro, pero con él no podía tener buenas conversaciones; solo escuchaba y siempre le daba la razón en todo. Además, obedecía sin rechistar le pidiera lo que le pidiera. Aun las cosas más extrañas, el can las hacía gustosamente, y aunque desde su creación siempre fueron muy buenos amigos, tampoco al dios le sirvió como conversador.
Elefantes, rosas, palmeras, tigres, caimanes, águilas, anguilas… creó infinidad de animales y plantas, pero las tertulias con ellos no fueron lo que esperaba.
Más tarde, creó un ser de fuego que se le parecía mucho y lo llamó «ángel». Con él vivió largas tardes de charlas interesantes hasta que, un buen día, el ángel encontró por casualidad una llave que aquel dios guardaba en uno de sus bolsillos, abrió con ella la puerta de la felicidad y se fundió en el resplandor de su creador.
Y todo volvió a empezar, porque el dios quedó tan solo como lo había estado al principio.
Después de tantos fracasos, la divinidad paró de crear y reflexionó durante algunos siglos, pasados los cuales, decidió crear un nuevo ser con el que poder hablar; lo moldearía con barro y lo llamaría «humano» y también se le parecería, pero como no quería que volviera a ocurrir lo que había ocurrido con el ángel, antes debía pensar el modo de impedir que su nueva creación hallara la llave de la felicidad ya que, si lo hacía, volvería a quedarse solo.
Siguió cavilando, pero no se le ocurría nada. Se preguntaba dónde podría ocultar la llave para que el hombre no diese con ella. Tenía, desde luego, que esconderla en un lugar recóndito donde nunca jamás pudiera hallarla nadie.
Pensó en ocultarla en el fondo del océano, en una cueva abisal custodiada por siete tritones y dos pulpos gigantes, pero no le pareció un lugar seguro, porque sabía que los hombres, un día, navegarían los mares y la llave podría salir a flote.
Pensó también en ocultarla en una caverna del Himalaya y poner un yeti para que vigilara la puerta, pero aquel tampoco era un lugar seguro; llegaría un tiempo en el que los seres humanos pisarían aquellas nieves eternas.
Incluso pensó en ocultarla en un remotísimo rincón sideral, pero en un futuro lejano, la humanidad volaría por el espacio estelar recorriendo el universo entero y acabaría por dar con ella. ¡Ni siquiera estaría segura atada a la cola de un cometa!
Ninguno de aquellos lugares satisfizo al dios y pasó quince siglos en vela dándole vueltas al asunto y preguntándose cuál sería el lugar más seguro para esconder la llave de la felicidad. Descartó el oro, la belleza y la tierra. Descartó la plata, los diamantes, los palacios suntuosos y el amor. Descartó el orgullo, la fama y la envidia… Estaba convencido de que el hombre terminaría por encontrar la llave la pusiera donde la pusiera y ningún escondite le parecía suficientemente seguro. Una sola pregunta daba vueltas en su mente: «¿Dónde la ocultaré…?»
A la mañana del sexto día del decimoquinto siglo, cuando el sol disipaba la bruma matutina, el dios abrió de súbito los ojos y sonrió. Se le acaba de ocurrir el escondite perfecto. El único lugar en el que nadie buscaría jamás la llave de la felicidad y ese lugar era dentro del hombre mismo.
Fue así como aquel dios creó al ser humano a su imagen y semejanza y en su interior ocultó la llave de la felicidad. Desde entonces, los hombres no han parado de buscarla en los lugares más recónditos y extraños, sin sospechar que los acompaña vayan adonde vayan y hagan lo que hagan. Muy pocos humanos conocen este secreto, pero sabréis enseguida quiénes lo han descubierto porque, si os fijáis bien, las personas que encuentran la llave de la felicidad desprenden una luz especial.
FIN
Hola , alguien me podría dar un resumen reflexivo sobre este texto , es para una tarea , gracias
Hola, Sergio. Cada texto, al leerlo, nos dice algo diferente a cada uno de los lectores. Si lo lees, tú mismo podrás hacer ese resumen, que seguro que será distinto al que te pueda hacer otro lector.
En los comentarios, podrás ver que cada persona ha obtenido de él algo distinto. Quizá puedas obtener ideas leyéndolos 😉
Oh que bonito y que real!!!! Yo soy super «happy e la vida» y siempre le digo a mi marido, que es más negativo.. que no podemos quejarnos, estamos bien, tenemos un niño precioso, casa, negocio..a mi me basta para ser feliz pero el busca algo más. ¡siempre más! Será que soy poco ambiciosa chica jaja.
No es ambición, es pragmatismo y ganas de ser feliz. Alcanzar la Luna no debería ser el objetivo, sino gozar de su luz y compartirla. La verdad es que para ser felices nos hace falta bien poco, pero creemos que la felicidad se compra y viene de extra en el coche, la casa, el televisor panorámico, las vacaciones a la otra punta del mundo… ¡Sigue así, Sra. Jumbo, que la felicidad son pequeñas cosas y tú lo has descubierto! 😉
Creo que no defines bien, dices k es negativo, tal véz sea que lo que tunecesitas para ser «feliz» es eso que mencionas, pero él, tu marido necesita algo más deberías interesarte por saber que necesita que hueco tiene en su vida, no sea que lo compruebes demasiado tarde.
Qué bello cuento, me ha hecho acordar al pájaro azul de la felicidad que se busca por el mundo y se encuentra después de un largo periplo en el hogar. O al alquimista de Coelho que encuentra el tesoro en su casa.
Un saludo cariñoso desde Argentina.
🙂 Este cuento, en muchas formas, se repite desde antiguo en muchas culturas. La felicidad, a menudo, está mucho más cerca de lo que creemos. ¡Un abrazo, Bella!
¡Qué cuento tan precioso! Conozco a un par de personas que han encontrado la llave y sí… es verdad que tienen una luz especial.
😉 Pues acércate mucho a ellas, Andrea, y que esa luz también te alumbre a ti. ¡La felicidad es contagiosa! 😉 Un abrazo y gracias por leer el cuento.
😀 😀 ¡Un beso grande! Feliz domingo, Maribel.
Precioso cuento que había leído en otra versión menos hermosa y peor escrita, enhorabuena por el trabajo. Además, precisamente, os he nominado a dos premios para blogueros: https://fuentegris.com/2016/05/01/infinity-dreams-award/ ; https://fuentegris.com/2016/05/01/blogger-recognition-awards/
Saludos
La historia en la que me basé es una leyenda hindú muy cortita que me entusiasmo y para conseguir que pudiera ser cuento del martes le fui añadiendo cosas 😀 😀 😀 ¡Me alegra que el resultado te haya gustado!
Gracias también por esos premios que ahora mismo paso a recoger 😉
Que buen relato, es dificil encontrarla y parece tan sencilloooo bessss
🙂 Sí, Maribel, aunque mucho dicen que el estómago es una de las llaves de la felicidad, así que tú ya tienes mucho ganado 😀 😀
Y pensar que el ser humano, a veces la sostiene por unos instantes y sin darse cuenta la vuelve a perder dentro de sí mismo. Abrazos .. Gracias por tan bello relato
Nos pasa eso día sí día también. A veces parece que nos empeñamos en ser infelices, porque buscaros donde sabemos que no está 🙂
😀
Hermoso cuento de este martes convertido en miércoles… Me ha gustado mucho y no lo había leído antes. Pero sin duda dentro de nosotros está el secreto de todas las llaves. Gracias Martes. Gracias Ciclomono. Gracias Angie Bello Abelda… Lo he disfrutado y me ha gustado mucho.
Por dioses fuimos creados
en el jardín de las cosas;
gatos, mosquitos y rosas
fueron también regalados…
Estábamos asustados
nos crecían las raíces
y nos faltaban matices
que resaltaran las claves…
Somos cofres de esas llaves
que abren los tiempos felices.
js
Martes, miércoles o jueves… ¡no importa el día! Los cuentos tienen la paciencia de los relojes de arena; esperan pacientes a que alguien los descubra y les de la vuelta 😉
¡No sabes lo mucho, mucho, mucho que nos alegra que te haya gustado!… Porque cuando a Julie le gusta el cuento, la poesía que sigue es un regalo. 🙂 ¡Gracias!
¡Qué historia tan bonita! Me encanta. y estoy de acuerdo.
Un abrazo Martes
Amiga Marisa, nos alegramos de que el cuento te haya gustado. ¡Un millón de abrazos! 😉
Me atreví a mencionar el blog y el artículo para que mis lectores pasen a verlo. http://www.emotipeople.com/palabras-magicas-que-nos-hacen-sentir-feliz/
¡Muchísimas gracias por hacer volar los cuentos, Carmen! Es un honor que nos menciones en tu espacio. ¡Un abrazo!
Este relato tiene una calidez que abriga su lectura hasta el final, un final que concluye con una importantísima reflexión.
Gracias y un fuerte abrazo.
Gracias a ti por dedicar tu tiempo a leer lo que compartimos, Isabel.
😀 😀 😀 Tal vez Rexi lo consiga…
Ja ja ja! Con lo que me está costando que Rexi vaya con buenas compañías….
😀 😀
Habla con Rajoy para el tema de las enmiendas, pero me parece a mí que va a ser difícil 😀 😀 😀
Soy feliz martes! gracias por tu historia
LA COMPARTO
🙂 ¡Gracias, querida Edda! 🙂
Eso es que encontraste la llave 😀 😀 😀 Pero la verdad, Edda, con la cara de felicidad que transmites en todas tus fotos, creo que tienes todo el llavero en tu poder 😉
Eres mala, Martes, de no ser por mi sobrino no me entero del premio. Cantado estaba, como el de Henar, pero no estuve atento a las fechas y ya ves, un niño de ocho años informándome y riéndose de mí, de mí, todo un señor. Ya planearé alguna represalia, algo así como la de ese acomodador de cine al que no le dan ni una triste propina por su labor y actúa en consecuencia: «El asesino es el mayordomo». Mira, ya está lista la represalia, esta misma puede valer: Henar sí comentó bien la entrega, con fotos y todo, y tú no. Hala. Y al cuento le he puesto un «me gusta» sin haberlo leído, al más puro estilo WP. Otro «Hala». Y aquí lo dejo, que es muy tarde y tengo sueño.
Me temo, José Ángel, que alguien se va a arrepentir de dos cosas 1) de no haber leído el cuento tan bonito de esta semana y 2) de no haber leído la entrada que hice el lunes en relación al premio https://martesdcuento.wordpress.com/2016/04/25/y-colorin-colorado/
😀 😀 😀 😀 😀
El niño de ocho años, mi querídisimo Rubén, no solo va a reírse, hará mofa y escarnio. Vamos, que ni de acomodador te vamos a poder poner, porque con ese despiste tuyo, me pones en platea a los del gallinero.
Espero que la larga noche de sueño haya sido reparadora, porque a ver como «desfaces» ahora tu entuerto 😀 😀 😀 ¡¡Deseando verlo estoy!!
Mil abrazos.
Como acabo de escribir en tu blog, ¡anda la hostia, sí estaba! La noche y el sueño, eso sería.
—No fue eso, amo.
—¡Tú te callas, ciego!
Mil y un abrazos, Nona.
—Es Martes, señor.
—¡Es lo que yo diga, Teo! ¡Quién es el jefe aquí, a ver, quién demonios es!
—No se sabe, señor.
—No lo sabrás tú, estudiantillo de los… de las narices.
A ver, José Ángel, ni disfrazado de vasco vas a poder borrar la ofensa. Da gracias que aún no sé cómo enviar un guante para retarte a duelo, pero tendrás que mimarme mucho para que el dolor que has causado en mi corazoncito se cure… ¡snif!
Vaya, pillaste también al vasco. Pues ahora si que… Bueno, a ti no te llamé feúcha como a Henar, ¿vale con eso? Voy al otro comentario tuyo que veo.
😉
Que bonito! Tan cierto! Nosotros tenemos en nuestro interior la llave, hay quien la utiliza y quien no. Un beso.
Bien los sabes tú, Carmen, que siempre nos enseñas en tus entradas cómo buscarla… ¡o al menos nos das pistas! 🙂 ¡Un abrazo!
Lo procuro y ya cada uno que elija. 😉
🙂
Con la de tonterías que colgamos y comentamos, parece que el esfuerzo lo debemos hacer para esconderlo 😀 😀 😀 😀
A ese Dios le costó bastante darse cuenta de que la felicidad está en nuestro interior. Está siempre cerca de nosotros porque la encontramos en un amanecer, en una sonrisa, en una mirada… sólo hay que saber encontrarla y luego guardar esos instantes.
Besetes de martes, Martes. Por cierto uno de mis días favoritos y en parte, gracias a los cuentos deliciosos.
😀 😀 😀 😀 A veces se me escapan palabros que tengo escondidos por ahí. Pero este es muy útil, tenía un profesor de «Hermenéutica literaria» que lo explicaba de maravilla. Contaba que era como una línea por la cual ibas del punto en el que encontrabas en cada momento hacia atrás e ibas reinterpretando todas las cosas que ibas leyendo a la luz de los nuevos datos. Fue una de las asignaturas que más disfruté.
Me parece de lo más interesante. Es como cuando decimos que somos los mismos de siempre aunque cumplamos años, pero en realidad, si nos transportásemos al pasado, no nos comportaríamos de la misma manera. Bueno, esa es mi interpretación.
La mía también, Sensi, ahora tenemos información que hace que interpretemos las cosas de distinto modo. Sin ir más lejos, si a mí hace unos años me hubieran dicho que entablaría buenas relaciones por escrito, hubiera pensado en las cartas del siglo XIX 😀 😀 😀 Solo con las nuevas tecnologías que se han incorporado a nuestras vidas, ya somos muy otros 😉
Yo no había escrito antes tanto en mi vida. ¡Cómo agradezco el curso de mecanografía que hice a los 11 años!, lo más útil del mundo. Por eso no me gusta escribir con el móvil, porque con el teclado soy más rápida que el rayo que mata.
😀 😀 😀 ¡Qué raro! ¿Tú haciendo un cursillo? ¡Y a los once años! Ya entonces apuntabas maneras 😀 😀 😀
Jajajaja, no lo había pensado, pero es verdad, siempre me ha gustado apuntarme a todo.
😀 😀 😀 😀 Seguro que ni podrías hacer una lista completa titulada «Los cursillos de Sensi» 😀 😀
Pues mira, la próxima entrada va a ir de eso.
¡Deseando estoy de verla! 😉
Yo tengo la suerte de poseer muchas llaves de la felicidad. Son todas las personas que me hacen feliz ¡Tú tienes una de esas llaves! Un abrazo
😀 😀 😀 Si que algunos se miran mucho el ombligo, pero no, ahí no está seguro.
La excusa que ponen los dioses es que si las cosas fueran fáciles de conseguir, no le daríamos aprecio… No sé, no sé… 😉
Si, son muy de decir eso, pero yo aprecio muchas cosas que no cuestan nada, como el sol mañanero.
La playa, el olor a pino, andar despacio… hay cosas increíbles a las que no les damos suficiente aprecio. Cuando tengas tiempo y ganas…
https://martesdcuento.wordpress.com/2013/12/31/el-duende-del-tiempo/
He reconocido el cuento por el título, ya lo había leído. Lo he releído y luego me he pasado por mi comentario. Se hace raro leer tus propias palabras después de un tiempo. Gracias por recordarlo. Ese duende tenía mucha razón.
Es verdad que se hace raro… Cambiamos continuamente. Hermenéutica vital, supongo 😉
😀 😀 😀 😀 Si es que en cuanto nos dejan, soltamos al niño que llevamos dentro 😉
http://image.librodearena.com/b/2/362662/t-papa_noel.jpg
Precioso y moralizante cuento.¡Cuantos pasan la vida buscando la felicidad, sin saber que la llave está dentro de ellos mismos!
Cierto, poseen todo lo que se puede poseer materialmente y se paga con dinero, pero aún no han entendido aquello que dice el anuncio «hay cosas que el dinero no puede pagar».
Me encanta la imagen de la llave de la felicidad…
Yo debo tenerla a mano porque la encuentro en cada tarea que realizo.
🙂 Pues… ¡¡no la sueltes nunca, Mireia!! Guarda este recuerdo siempre y no dejes que al crecer se te olvide 😉
Maravilloso. Buscamos la felicidad en personas y cosas ajenas, cuando debemos buscar siempre primero en nosotros mismos. Gozar de nuestra propia presencia, de nuestro ser, de nuestra identidad.
🙂 Así es, Paginasdenieve, siempre queremos empezamos la casa por el tejado. Pero si no comenzamos a querernos nosotros mismos, a aceptarnos tal y como somos y a valorarnos, difícilmente los demás nos proporcionarán lo que nos falta 😉
Al fin se donde buscar la llave!! Precioso!!
🙂 ¡Seguro que no tardarás en encontrarla! A veces se queda bajo un par de recuerdos o se escabulle en un río de lágrimas pero, tarde o temprano, acaba por aparecer 😉
Precioso y aleccionador cuento. El hombre consume toda su vida buscando en vano la llave de la felicidad, sin saber que está en su interior, aunque muy escondida. Y efectivamente, yo he conocido algunas personas que irradian una luz especial y una sonrisa cautivadora. Curiosamente son personas que nada ambicionan, que son felices con lo que tienen, poco o mucho. Sin duda ellos han encontrado la llave.
Solemos buscar la llave de la felicidad en cosas materiales y casi siempre se encuentra en lo que no cuesta nada: un amanecer, una sonrisa, una conversación… Lo sabemos, pero no aprendemos. Los humanos parece que estamos condenados a seguir buscando siempre donde no debemos.
Ciertamente, yo también he conocido a personas con mucha luz 😉
Tú desprendes esa luz especial. Muchas felicidades!
😀 😀 😀 ¡Gracias, Toni! Sea o no sea así exactamente, ¡me quedo con ese precioso piropo! Un abrazo inmenso.
Estimada martes de cuento!!!
Una semana completa he tardado en visitarte. Pero aquí estoy y me llevo de regalo una tremenda sonrisa pintada en la cara.
¡¡Muchas gracias!!
Tienes el don de convertir a los martes, en días muy especiales.
Besicos de colores 😉
Me encanta que me digas que ahora los martes son especiales para ti.
Porque los martes son días tontos. El resto de los días de la semana tienen algo, pero los martes… ¡ahora tienen cuentos! 😀 😀 😀 ¡Un abrazo para ti y otro para tu peque!
Gracias, pero muchas, muchas 😉
😉
La moraleja me gusta y estoy bastante de acuerdo en que la felicidad no depende demasiado de las circunstancias externas. Pero ese Dios, ¿qué hace escondiendo las llaves?
😀 😀 😀 Pues lo que casi todos los dioses antiguos, ejercer su poder un poco de forma tirana 😉
Yo también conocía este cuento, pero…sin duda, me quedo con esta versión, (Vaya! y yo que pensaba que había escondido mi felicidad en una chimenea!)
Es que es tan cortita la versión que leí, que empecé a ponerle cosas y cosas y así quedó.
En cuanto a la chimenea… esto… ¿no estarás pensando en Papá Noel? 😀 😀 😀
Muy bonito y cierto. Las personas con felicidad, desprenden cierto magnetismo. Saludos
Al menos es mucho más agradable estar de ellas que de la gente negativa. Parece que su felicidad desborda y te acaba salpicando un poco. Es como si te llenaran las pilas vitales y tienes ganas de hacer más cosas 😉 ¡Al menos es lo que me ocurre a mí! Los estados de ánimo son contagiosos 😉
Conocía otras versiones de este cuento. Pero esta me ha encantado por su actualización.
Las otras versiones estaban ambientada en entornos que ya no existen.
Solo un matiz. Si yo fuera dios, guardaría la llave de la felicidad en el móvil de cada mortal. Seguro que tampoco la buscaría allí porque es tan falsamente feliz con él… 🙂 🙂 🙂
Me alegra que te haya gustado 😉
Lo del móvil ha sido muy bueno 😀 😀 😀 Parece mentira como sonreímos cuando miramos su pantallita, ¡parecemos polillas dando vueltas a una lámpara! 😀 😀
Precioso una vez más. bss
¡Gracias, Lurda! 😉 Seguiremos intentando buscar cuentos que os hagan sonreír. ¡Un abrazo!
Me ha encantado el cuento aunque tengo un par de dudas:
¿Por qué ese dios que andaba buscando conversación, no se fue al bar donde el resto de los dioses acostumbraban a tomarse una cerveza al salir del trabajo? ¿Estaba cabezón con buscar un interlocutor a quien poder manejar o que no le discutiera nunca?
Y… (esto es solo mi opinión…) al igual que el dios al que muchos adoran en la tierra desde cualquiera de las numerosas religiones, este dios ¿No es un poquito capullo? ¿Por qué empeñarse en que el hombre no tenga la capacidad de ser feliz? Es un poco egoista, o egodivinista, o ego… eso.
No es una crítica al cuento, ni mucho menos, es aprovechar que el Pisuerga…
El pasaje del ser de fuego que encuentra la felicidad y se funde en el resplandor de su creador es genial.
😀 😀 😀 Mira, te cuento… El bar estaba cerrado por reformas y como en el mundo de los dioses tienen toda la eternidad para hacerlas, ¡imagina con qué calma se lo toman! De hecho, aún está cerrado.
Lo del interlocutor que le diera la razón, ¡seguro!, por eso creó al perro, pero enseguida se dio cuenta que entre el poco y el mucho… Quería que le dieran la razón, pero no del todo, de ahí lo de crear a los humanos.
En cuanto a la tercera cuestión… es una pregunta que ya se hacían en Mesopotamia en referencia al dios Marduk y es que los dioses, como muy sabiamente apuntas tú, llevan el ego en su ADN y eso no hay quien lo cambie. ¡Recuerda que Eris armó la de Troya con el ego de unas cuantas diosas!
Finalmente, me alegra que te haya gustado ese pasaje y no dudes en criticar los puntos débiles, que ya sabes que la crítica constructiva ayuda al escritor a pulir su estilo, algo que se debe hacer siempre 😉
El estilo es muy bueno, en seguida te atrapa la historia y la vives con emoción, como si fueras un niño. Así que no es crítica, ni mucho menos. Es… el tema, ja,ja,ja, que es peliagudo, pero el cuento está perfectamente contado.
🙂 Pues eso me anima, que al escribir siempre se da vueltas y vueltas y nunca se acaba de tener la seguridad de hacerlo del todo bien 😉
Un cuento precioso para una moraleja universal, la felicidad es cosa de cada uno, solo hay que mirar dentro de nuestros sueños.
Sin duda, Salmón. Debemos de bucear en nuestros mares y ríos interiores para encontrar tesoros 😉
¡Un abrazo!
Aunque nunca viene mal un poco de ayuda. Los amigos pueden ayudar a encontrar el camino
Cierto, los amigos vienen a ser las linternas que alumbran la llave o el líquido milagroso que le saca brillo. Los humano solemos perder la llave o hundirla en lágrimas y entonces se oxida un poco 🙂 cuando nos pasa eso, necesitamos la ayuda de los amigos.
Al parecer somos tan ciegos que no podríamos distinguirla.
¡Cierto! Muchas veces la tenemos sentada al ladito mismo y nos empeñamos en ir a la otra parte del mundo a buscarla. Seguro que en tus dibujos hay escondido un trocito de esa llave 😉
Felicidades por tan notable logro
Gracias, amigo 🙂 Lo comparto contigo, que tantas veces me has ayudado con tus preciosas ilustraciones. Un abrazo de miles de kilómetros.
Carmen, gracias por abrir con esta llave la puerta de Martes a los amigos de tu blog 🙂 ¡Un abrazo!