
Ilustración: Yolanda Cabrera
Había una vez una robusta gallina española que empolló una bonita y numerosa familia. Todos sus pollitos eran graciosos y finos, excepto uno, que resultó ser solo un medio pollo. Tenía un solo ojo, un ala, una pata, media cabeza y medio pico.
—¡Qué atrocidad! —cloqueó mamá gallina—. ¡Mi benjamín es solo un medio pollo! ¡Jamás servirá para nada!
Pero por raro que parezca, Mediopollo estaba muy lejos de ser un inútil; brincaba de un lado para otro sobre su única patita y se mostraba mucho más valiente y audaz que sus hermanos. Pero era también muy orgulloso y difícil de complacer, por lo que mamá gallina no se sintió excesivamente triste, cuando, un día, Mediopollo le dijo:
—Estoy hasta la media cresta de este viejo corral. ¡Me voy a Madrid a ver al rey!
—Solo eres un medio polluelo tonto —lo regañó mamá gallina—. Incluso un gallo hecho y derecho lo pensaría dos veces antes de emprender un viaje como ese.
—De todas maneras, voy —se obstinó Mediopollo—. Nada gano quedándome en este miserable gallinero contigo y con los demás. Yo soy especial y cuando llegue a Madrid, el rey me dará un corral para mí solo. Cuando esté instalado, tal vez os invite a pasar unos días conmigo.
—Vete, pues —contestó mamá gallina—. Pero no olvides ser amable y educado con todo el mundo y quizá tengas suerte, aunque no seas más que un medio pollo.
—¡Ya veremos! —exclamó Mediopollo y se alejó, dando rápidos brinquitos sin mirar hacia atrás ni una sola vez.
Al poco, llegó a un arroyo, cubierto de hierbas.
—¡Mediopollo, ayúdame, por favor! —suplicó el agua del riachuelo—. Saca estas hierbas que me aprisionan para que pueda correr libremente.
—¿Que te ayude? —contestó enojado Mediopollo—. ¿Crees que no tengo cosa mejor que hacer, que perder mi tiempo sacando hierbas? ¡Voy a Madrid a ver al rey!
Y, renqueando, se alejó.
Encontró, más tarde, una hoguera que alguien había encendido, pero cuyas llamas eran ya tan débiles que no tardarían mucho en extinguirse por completo.
—¡Por favor, ayúdame, Mediopollo! —imploró el fuego de la hoguera—. ¡Lánzame unas ramas o me ahogaré en unos minutos!
—¿Que te ayude? —Se indignó Mediopollo—. ¿Crees que no tengo nada mejor que hacer, que perder mi tiempo lanzándote ramas? ¡Voy a Madrid a ver al rey!
Y dando la espalda a la hoguera siguió su camino.
A la mañana siguiente, pasó junto a un enorme nogal en cuyas ramas se había enredado el viento.
—¡Por favor, ayúdame a desenredarme de estas ramas que me atrapan, Mediopollo! —rugió el viento.
—¿Que te ayude? —gritó furioso Mediopollo—. ¿Crees que no tengo nada mejor que hacer, que perder mi tiempo liberándote? ¡Voy a Madrid a ver al rey!
Continuó dando brincos con su única patita y a primera hora de la noche llegó a Madrid. Sin perder ni un minuto, se dirigió al Palacio Real.
—Esperaré aquí afuera —murmuró para sí—. Seguro que el rey no tardará en salir a recibirme como merezco.
Pero mientras recorría los jardines esperando, se asomó el cocinero real por la ventana de la cocina y al ver a Mediopollo, exclamó:
—¡Qué casualidad! El rey acaba de pedirme consomé de pollo para la cena.
Bajó corriendo el cocinero, atrapó a Mediopollo por su única ala y lo arrojó a la olla que tenía ya preparada sobre el fuego.
—¡Agua, agua! —suplicó Mediopollo, desesperado—. ¡Apiádate de mí y no me mojes tanto!
—¿Apiadarme, Mediopollo? —contestó el agua—. ¿Por qué, si tú no quisiste ayudarme cuando yo era arroyo que corría por el campo?
Al poco rato, dentro de la olla hacía un terrible calor y Mediopollo gritó:
—¡Fuego, fuego, por favor, no ardas tanto que me quemas con tu calor!
—¿Qué no arda, Mediopollo? —contestó el fuego—. ¿Por qué, si cuando estaba a punto de morir en el bosque me diste la espalda?
De pronto, el cocinero levantó la tapa de la olla y al ver que solo era un medio pollo lo que hervía dentro, exclamó:
—¡Qué barbaridad, un medio pollo! ¡Esto no sirve para el consomé del rey!
Y sacándolo de la olla, lo arrojó por la ventana justo en el momento en que pasaba el viento.
El viento levantó en volandas a Mediopollo. Lo agitó de aquí para allá, y de allá para acá, sobre tejados y azoteas, como si fuera una pluma.
—¡Viento, viento! —suplicó Mediopollo—. ¡Por favor, no me sacudas así!
—¿Qué no te sacuda, Mediopollo? —contestó el viento—. ¿Por qué, si no me ayudaste cuando me enredé en el nogal?
Y con toda su furia, el viento lo elevó hasta un tejado y lo dejó clavado en la punta, donde todavía sigue.
Si vas a Madrid fíjate bien, porque verás a Mediopollo sobre su única pata, con una sola ala, un ojo, media cabeza y medio pico. ¡La veleta más alta de toda la ciudad!
FIN
Lo malo es que en la vida real la gente como Mediopollo no acaba colgada del palo más alto sino más bien todo lo contrario… Besitos
Creo que aunque acaben triunfando, acaban tan solos como si estuvieran colgados de las alturas 😉 Hay muchos mediopollos que no dan nada, pero que no paran de pedir y, al final, los que están cerca acaban sabiendo de qué pie cojean 😀 😀 😀 ¡No van a cojear si solo tienen una pata! 😀 😀 😀
Vaya pena de pollo, nació desgraciaíto y terminó peor todavía. Esa madre gallina debió darle más cariño, el pobre no sabía lo que era preocuparse por los demás. Normalmente el que no recibe, no da.
Pues seguramente tienes parte de razón, porque dicen que «amor con amor se paga», pero hay personas que reciben mucho amor y son mediopollos y otros que solo reciben palos y son capaces de mucha generosidad. Y es que en esto de los sentimientos y el comportamiento, no todo es matemática pura y no sé por qué, pero creo que ese pollo es más chulo que un ocho 😉
A ver, Mediopollo, que yo confiaba en ti desde que naciste siendo tan especial… Bueno, bueno, una buena lección para ese pequeño. Enamorada de la moraleja y de ese final inesperado.
¡Me alegra que te haya gustado el cuento! 😀 😀 Creo que más de uno nos llevamos una sorpresa al leerlo. Al principio piensas que por ser distinto será despreciado, luego ves que es él el que desprecia a los demás 😉
Maravilloso. No solo es un derroche de imaginación, sino que además tiene moraleja.
🙂 Al leer algunos cuentos, uno querría ser el autor ¿verdad? 😀 😀 😀
Pues sí.
😉 ¡Sin desfallece! Estamos en el camino y seguro que si insistimos, lo lograremos 😉 Leyendo se aprende y se pule el estilo propio. ¡Feliz sábado, querida amiga!
Mediopollo los tiene bien puestos y perdón por la expresión.
Un besazo.
😀 😀 😀 Los mediopollos es lo que tienen 😉 Con frecuencia son mucho ruido y pocas nueces. ¡Un abrazo lunar!
Dónde las dan las toman y arrieritos somos…¡Vaya con Mediopollo! Seguirá en la punta del tejado.
Un abrazo Martes
😀 😀 Ese refrán lo escuchado millones de veces en boca de mi madre.
Deberé ir a Madrid a ver si lo encuentro 😉 Si tú lo ves, hazle una foto. ¡Un abrazo, querida Marisa!
Mediopollo al techo por egolatra y egoista ,muy bueno martes! COMPARTO
😀 si todos los egolatras y egoístas estuvieran en los techos, seguro que no se vería el sol 😀 😀
Muy interesante y con una buena moraleja. Este medio pollo tenía más orgullo que don Rodrigo en la horca.
😀 😀 😀 Yo creo que más y todo, porque Mediopollo, que yo sepa, no era ni noble 😉
Bueno, pero tiene su justificación,, en un mundo de normales debía darse a valer. Se equivocó con el agua, el fuego y el aire pero… es un riesgo que debía correr. A mí no me cae mal en absoluto.
A mí me cae gordo. Me recuerda a esos niños empollones del cole que nunca dejaban copiar sus exámenes, pero el día que no sabían algo te robaban que los ayudarás. 😀
Y tanto que era medio pollo pero no por su físico sino por sus acciones y pensamientos. Me ha gustado mucho. Un beso.
🙂 Se quedó todo él a medio hacer y en lugar de buscar complementos a sus carencias, se enfrentó a aquellos que podían haber hecho de él un pollo entero. ¡Un abrazo, Carmen!
El egoísmo no es una buena opción, sobre todo cuando eres medio pollo. Y aún tuvo suerte de que su impedimento lo salvara de la olla. ¡¡¡Saludos!!!
¡Toda la razón! El egoísmo es una muy mala opción a la larga. En principio, parece que no precisas de nadie para vivir, pero cuando te das cuenta de que no alcanzas a todo y quieres rectificar, a veces ya es demasiado tarde. Vendría a ser el boomerang de los sentimientos humanos 😀
Arghh, acabo de ver ese «sobretodo», así juntito. Disculpad la errata. Hay horas que es mejor no ponerse al teclado. Saludos!!!
Como dice nuestra amiga Mafalda… ‘Errare humanum est’
Ayer no pude hacerlo desde el móvil, pero hoy que tengo acceso al ordenador, puedo «desfacer entuertos» 😉 Pero sigo diciendo lo que dice Mafalda, porque a mí me han pasado cosas similares y me da mucha rabia no poder modificarlas ¡¡Solo veo eso!! 😀 😀 😀 😀
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No he dejado de reír con este cuento
😀 😀 Es que Mediopollo, aun y siendo medio, ¡¡es mucho pollo!!
En esta vida recibimos lo que damos, una gran lección, quien siembra un cactus no puedes pedir manzanas. Feliz Martes de Cuento 😀 😀 😀 😀
Yo diría «solemos recibir lo que damos», porque hay quien da mucho y recibe poco, y al revés. ¡Pero nadie ha dicho que todo sea fácil! Y, ¿sabes?, creo que personas con el don de la creatividad podéis meter genios en botellas, inventar seres en una mancha de café y, ¿por qué no? ¡¡Dibujar un cactus que de manzanas!! ¿A qué esperas? 😉
😀 😉 voy a dibujar un cactus muy pronto, ya lo tengo en la cabeza 😉
😀 😀 😀 😀 ¡¡Ya estoy deseando verlo!! 😉
😉 😀 😀
¡Vaya medio pollo más borde! No conocía el cuento pero es buen ejemplo de cómo no hay que vivir aislados. Si vivimos en comunidad hay que compartir, ayudar y ser ayudado. Creo que nos proporciona más felicidad proporcionar la ayuda que recibirla ¡Saludos cuenteros amigos!
😀 😀 😀 Juani, yo aún no he decidido si es medio borde o borde y medio, pero lo que si tengo claro es que con gente tan orgullosa no hay forma de que el mundo adelante 😉
Me encanta, Martes.
Disfrutado y compartido.
Un abrazo.
🙂 ¡Gracias y media, amiga Gema!
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Enfadado con el mundo por dejarle a medio hacer, paga el pato con todo lo que le rodea.
Pude oír hace un tiempo, de niños que nacidos con algún impedimento físico, se hacen crueles e injustos con la vida.
No sé si será cierto, pero sí que muchas veces tienen razones para estarlo, por el trato recibido
Besis linda
¡Ay, Marguimargui!, nadie dijo que el reparto al nacer fuera justo. Si todos lo que no estamos conformes con lo que somos fuéramos como Mediopollo… Puede que sí, que tengan razones para estar enfadados, pero entonces hay dos motivos de tristeza: tu impedimento y tu amargura 😉
Así es, pero tenemos alguna cuenta pendiente al educar a nuestros hijos a aceptar a cualquier persona. El resto ya no está a nuestro alcance
Eso es verdad. Podemos intentar cambiar lo que está cerca, el resto… 😉 ¡¡Pero ya es mucho!!
El resto que aprenda a vivir feliz, que ya es bastante
Bastante… y muy difícil 😀 😀 😀
Besos guapa!!
Beso y medio para ti 🙂
Me ha parecido genial! En este mundo hay muchos mediopollos sin que se den cuenta 🙂
😀 😀 😀 Suelen ser gente muy plana y muy orgullosa. ¡Yo conozco a unos cuantos que serían una genial veleta! Un abrazo, Toni 😉
Y a mí que me había caído bien medio pollo al principio, por aquello de estar demediado. Pero, nada, era un desagradable. El que no da nada no puede esperar que luego le den a él.
😀 😀 : ¡A mí me pasó lo mismo! Pensé: «Mira pobrecito, seguro que alguien quiere hacerle daño». Mi madre, que creo que era también «la madre de todos los refranes» solía decirme que «amor con amor se paga» y creo que es cierto, salvo en algunas ocasiones, que te topas con gente a medias 😉
¡Desanimarse nunca! Somos más de los que creemos, lo que pasa es que estamos poco comunicados 😉 Lo importante es que cambiemos las pequeñas cosas que tenemos cerca y contagiemos la actitud, de este modo podemos extendernos como los círculos en el agua al tirar una piedra. Por ejemplo tú lo haces con Naiara, ella con una amiga, su amiga con los padres… y poco a poco hasta conseguirlo y si no se consigue, tu serás feliz por el haberlo intentado 😉
¡¡Tejas!! ¡Qué ilusión verte por aquí! Tu trabajo no te deja mucho tiempo libre, pero eso es bueno 😉
En cuanto al cuento, la verdad es que un poco de razón tienes. Si miramos la parte positiva, Mediopollo, no ha salido muy perjudicado, porque tiene un ático con vistas en una gran ciudad y hoy día esto no está al alcance de cualquiera. ¡Con lo caros que están los áticos! 😀 😀 😀
La parte negativa es que tiene que aguantar calor, lluvia y aire. ¡Mucho se debe acordar de la fogata, el riachuelo y el viento! Seguro que se arrepiente un poco de no haberles echado una “media ala” 😀 😀 😀
Este cuento me gusta porque deja una moraleja, si alguien te necesita hoy y tú no le tiendes una mano, muy posiblemente mañana tampoco te la tenderán a tí.El egoismo no es una virtud sino un feo defecto.
Muy cierto. Sería bueno aplicar aquello de «hoy por ti y mañana por mí», porque no somos infalibles, ni todopoderosos, ni perfectos (¡por suerte!) y adonde no llegamos nosotros, podemos llegar gracias a los demás.
Hoy, que muchas veces suele primar el egoísmo y el individualismo, deberíamos tener muy presente a Mediopollo 😉
Parafraseando a Groucho Marx, nadie es del todo un inútil: siempre puede servir de mal ejemplo.
😀 😀 😀 ¡Qué grande Groucho! Sus frases deberían incluirse en los libros de filosofía. ¡Igual que las de Mafalda!
Como diría Mafalda: ‘A mí, lo que más me preocupa es cómo bajar el índice de egoísmo.’
😀 😀 😀 😀 Es que nos creemos el ombligo del mundo y creemos que tenemos derecho a todo sin pensar en los demás o en el bien común…
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Bueno, este mediopollo nos enseña muchas cosas que debemos tener en cuenta, no se puede uno ir por la vida pensando en grandezas porque te vas a topar contra la pared, aprendemos de este mediopollo a no ser tan arrogante como él. Porque bien dicen que «donde las dan las toman…» y si él no ayudó nadie le va a ayudar… Me ha encantado el cuento. Un beso y aquí te dejo mi décima.
Ser mediopollo te obliga
a pensar en los demás;
de lo contrario serás
como un pan que se desmiga…
La arrogancia es enemiga
Si tu conducta es confusa
y en egoísmo te excusas
es porque eres veleidoso
altanero, caprichoso…
Y la veleta, te acusa.
Julie Sopetrán
Todos somos mitad, nadie es completo en sí mismo o como decía Hemingway,«Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra».Nos queda mucho camino que recorrer para superar la arrogancia que, en general, todos los seres humanos tenemos.
De tu décima, me gusta en especial esta frase: « serás como un pan que se desmiga…» Y verdaderamente es así. En cada negativa, en cada oportunidad perdida de hacer algo positivo por alguien o de ayudar a quien tenemos cerca, caen de nuestra alma “miguitas” de humanidad y vamos convirtiéndonos en cáscaras de carne carentes de sentimientos.
Gracias, Julie, porque siempre me haces ir un poco más allá.
Así es, cada uno recoge lo que siembra….
Me encanta «Martes de cuento»‘ !
Hay un refrán que dice: «Quien siembra vientos, recoge tempestades». En general es así pero, por desgracia, hay excepciones y hay quien siembra vientos y se va de rositas 🙁
Eso también es cierto, supongo que depende de la suerte o valor que le de a esa persona !
🙂 La verdad es que pensaba en los poderoso del mundo. en un Kim Jong-un, por ejemplo, que más lío que está armando y ahí sigue, sembrando huracanes, tifones y tornados a la vez 🙁 Pero lo importante es que haya muchas personas diferentes a él dispuestas a cambiar el mundo 🙂