
Ilustración: Elena Gromaz
Lobo se sentía solo; era triste vagar por los bosques sin nadie con quien hablar o reír, nadie a quien contar lo que le había pasado durante el día. El psicólogo le insistió en que buscara un trabajo y se puso patas a la obra.
Intentó hacer de albañil para tres cerdos que vivían cerca; tres hermanos que resultaron ser unos desconfiados y que no le dejaron ni explicarse; incluso se atrevieron a quemarle el culo en un caldero.
Decepcionado, miró en el periódico y encontró el anuncio de un matrimonio que buscaba niñera para sus cabritas; pero la madre no quiso contratarlo porque, según ella, no daba el perfil. Lobo aceptó la excusa, aunque sabía que se debía a sus prejuicios: los lobos tienen fama de comerse a las crías de cabras y ovejas.
Cuando ya se estaba dando por vencido, se encontró a una niña que cantaba sobre su abuelita, que estaba enferma. Lobo esperó junto a un árbol a que la niña se acercara y cuando llegó hasta él, sonrió abriendo su amplia boca. No solía sonreír, pero le pareció que así demostraría que podía ser amable, tanto como para cuidar de una anciana. La niña, al ver todos aquellos dientes, creyó que se la iba a comer, le dio una patada en la espinilla (con lo que duele eso) y se marchó corriendo.
Triste y cojo, Lobo empezó a preguntarse por qué nadie se le acercaba, si él nunca había hecho nada malo y solo buscaba trabajo.
Estaba a la orilla del río, lamentándose de su mala suerte cuando escuchó a dos liebres hablando.
—Yo no lo he visto, pero dicen que el niño corría calle abajo, gritando: ¡Qué viene el lobo, qué viene el lobo!
—No hagas caso. La semana pasada hizo lo mismo, y la anterior, y la otra. Por lo visto no quiere ir al colegio y ya no sabe qué inventar.
Convencido de que aquel niño tenía algo que ver con que a él no le contratara nadie, decidió hacerle una visita. Se acercó a la entrada del pueblo y esperó tras un muro de pizarra a que el tal Pedro apareciera. Al poco tiempo un niño regordete y pecoso pasó junto a su escondite cantando: «Hoy no iré al colegio, porque el lobo me asaltó, hoy no iré al colegio y mañana tampoco».
Lobo no necesitó más pistas para saber que se trataba del niño que buscaba y lo siguió al interior del bosque. El chico canturreaba sin prestar atención ni a los conejos que huían a su paso, ni a los búhos que giraban la cabeza, molestos por su presencia. Cuando llegó tan lejos que nadie podía verlo, se sentó en las raíces de un avellano y sacó de su zurrón un mendrugo de pan y un trozo de queso. A Lobo se le hacía la boca agua viendo cada lasca de rico queso y cada pedazo de pan que aquel niño insolente, causante de sus desgracias, se metía en la boca.
Pedro se hartó de comer hasta que solo quedó la costra del queso y nada del pan, cerró los ojos y se puso a dormir. Entonces, Lobo se acercó sigiloso y se recostó a su lado. Sería maravilloso ver su cara cuando despertara y lo viera de cerca. ¿No iba contando por ahí maldades de los lobos? Pues ahora iba a contarlas con razón.
El vuelo de una mariposa despertó a Pedro. Intentó espantarla de un manotazo, pero con tan mala puntería, que el golpe aterrizó en el hocico de Lobo, y este se levantó sobre sus cuatro patas con un gruñido que helaba la sangre.
Durante un rato largo se quedaron los dos allí, uno frente al otro. Pedro rezando para que no se le comiera y Lobo pensando en cómo darle un escarmiento al muchacho sin dañar aún más su reputación.
—Eres un lobo muy grande —dijo Pedro, repuesto del susto—, pero parece que hoy no has comido. Se te marcan las costillas.
Acercó la mano a su zurrón, sacó medio chorizo y se lo ofreció a Lobo.
—Gracias —respondió antes de echarse junto al chico devorando la pieza—. ¿Sabes?, tú eres el culpable de que esté famélico.
—¿Yo? ¿Cómo puede ser?
—Has ido contando mentiras, metiendo miedo a todo el mundo y nadie me da trabajo.
—Lo siento. Yo solo quería librarme de ir al colegio y de sacar a pastar a las ovejas. Además, ya casi nadie me cree.
—¿Y eso?
—No sirve de mucho gritar: ¡Qué viene el lobo! si luego el lobo no aparece.
—Yo puedo ayudarte con eso si, a cambio, me das comida y conversación.
Y, desde entonces, todos los días, a la hora de ir a la escuela, Lobo se cruza en el camino de Pedro, a la vista de todos sus compañeros de clase, y luego huyen juntos al bosque para comer pan, queso y chorizo y contarse sus cosas.
a
Por el bosque se escondía
sin dinero y sin trabajo;
y siempre iba cabizbajo
porque nadie lo quería.
Así pasó noche y día
era afable, tierno, honesto
siempre a los vetos expuesto…
¡Tan solo, tan abatido!
Era un lobo incomprendido
a los humanos expuesto.
Julie Sopetrán
a
FIN
Me encantó, muy original. Los cuentos y fábulas clásicas se van metiendo en la historia, que de por sí, rompe con algunos estereotipos.
🙂 Al leer los cuentos de siempre, (re)creamos mundos nuevos y, en ocasiones, hay quien se atreve a escribir lo que ve. Eso ha hecho Aurora 🙂
Que pillos, todo se arregla para los dos, uff casi pensé que terminaría mal pero se ve que los dos son mas buenos que el pan, besss
😀 😀 Han hecho un buen tándem. Feliz día, Maribel.
Me parece un cuento muy original, y por eso que dicen de “coge fama y échate a dormir” , pero sin duda, hay lobos buenos… y corderos muy malos; estos lobos ayudan y salvan a los humanos en apuros. Este es un cuento de cuentos, bien estructurado, muy sentido y aleccionador. Lo he disfrutado mucho, Aurora, y te felicito. También a Elena Gromaz por la magnífica ilustración. Una delicia siempre venir a leer cuentos que conmueven el alma y son a la vez, ejemplo de esta sociedad en la que vivimos. Muchas gracias.
Por el bosque se escondía
sin dinero y sin trabajo;
y siempre iba cabizbajo
porque nadie lo quería.
Así pasó noche y día
era afable, tierno, honesto
siempre a los vetos expuesto…
¡Tan solo, tan abatido!
Era un lobo incomprendido
a los humanos expuesto.
Julie Sopetrán
Muchísimas gracias Julie. Saber que nuestro trabajo llega a la gente es una gran recompensa y si, además, gusta es el mejor regalo que podemos recibir.
Mil gracias.
Siempre es un lujo tener tus poemas en este rincón pero, en ocasiones, como en tu composición de hoy, hay un no sé qué más especial que me enamora tanto, que no puedo dejar pasar incluirla como colofón del cuento. Con tu permiso, copio tu poema y pongo la referencia a tu blog. ¡Un abrazo, Julie! 🙂
Siempre gracias, amiga. Me gustó mucho el cuento. Besos.
🙂 Me alegra saberlo.
Madre mía, Julie, qué poema tan bonito. Gracias por completar la historia con versos. Sin duda este será uno de mis cuentos más queridos, pues ahora ya no lo concibo sin la ilustración de Elena y sin tu poesía. Una muestra más de cómo la colaboración de creadores engrandece una obra. Este tipo de cosas solo pueden pasar en las orillas de Isla Imaginaria, bajo el amparo de Martes de Cuento.
Es cierto, amiga. Y es importante aunar ideas, compartir el Arte. Crear juntos, intercambiar ideas… Y sin Martes de Cuento no sería posible. Así es. Un beso fuerte y feliz domingo de cuentos.
🙂 Me encanta ser el «pegamento» de grandes talentos 😀 😀 😀 😀
🙂 Por suerte, Isla Imaginada es cada vez más y más grande y la visitan cada vez más y más talentos, así que es fácil aunarlos 😉 😉
Me ha gustado mucho, un lobo bueno. Un abrazo
Gracias, Begoña. Para variar, está bien encontrarse lobos buenos 😉
Claro que hay lobos buenos, siempre los hay.
Viene el lobo, viene el lobo. Para mí es la gran metáfora de las fechas de entrega: Siempre llegan, pero mientras tanto procrastinamos. FELIZ MARTES DE CUENTO
Una sinopsis como no hay otra. Me encanta, magailustra.
😀 😀 😀
🙂
😀 😀 😀 ¡Tal cual!
😉
Gracias a tu imaginación y a la libertad que ella aporta, hoy, Aurora, has dado la vuelta a la mala y macabra fama del lobo de los cuentos clásicos en los que te has basado, y que personalmente no me gustaban nada porque me parecían macabros sus finales.
El lobo no es mejor ni peor que cualquier otro animal, pero cuando el ser humano deshace el equilibrio de la Naturaleza, todo cambia. Actualmente vemos exceso de poblaciones de lobos, jabalíes, gaviotas, zorros, etc., el falso proteccionismo, la eliminación de algunas especies que favorecen el crecimiento de otras, hacen que la pirámide alimentaria falle; por otro lado, si les falta sustento para sobrevivir, abandonan sus territorios e invaden los lugares de asentamiento humano. Todos nos preocupamos por ello, pero quienes tienen en su mano el poder tomar medidas no lo hacen, y así nos va.
Y disculpa que me haya alargado en esto, pero el cuento tiene mucho de reivindicación, y yo me sumo muy gustosa a ella.
Enhorabuena, un fuerte abrazo.
🙂 no sé a Aurora, pero a mí tu comentario no me ha parecido largo, sino muy lúcido y acertado.
Estamos destruyendo la naturaleza y, encima, la culpamos cuando para sobrevivir actúa.
Si fuéramos más conscientes de que el equilibrio es necesario, podríamos actuar de forma más consciente y responsable. ¡No pierdo la esperanza de que algún día se logre!
Un abrazo, Isabel.
Desde luego, Isabel.
Desde pequeña me incomodaba que el lobo del cuento pagara el pato solo por comportarse, simplemente, como lo que es: un depredador.
Su conservación debería ser una prioridad, en realidad el conservacionismo debería ser en sí, una base de la política en todas sus vertientes. Quizá por eso tenía tanto empeño en darle la vuelta a esta historia (y con ella, como ves, a casi todos los cuentos en los que el lobo es el malo). Casi se trata de una obsesión desde niña que Martes de cuento me ha dejado hacer pública y que Elena ha ilustrado a la perfección.
😀 😀 😀 Vale, el lobo no tiene la culpa, pero es necesaria la figura de un malo muy malo y en el tiempo en que se escribían los cuentos los lobos eran vistos como una amenaza. Pero que caray… ¡reivindiquemos a los lobos buenos!
Encantador giro argumental. Un regalo para un viaje nocturno. Gracias.
Gracias a ti por leerlo. Tienes razón en que los prejuicios son conceptos muy inhumanos, pero podemos derribarlos.
¡Estoy de acuerdo! 🙂 La mentalidad se cambia con la educación y la cultura y los cuentos son educación y cultura lúdica. ¡Podemos y debemos derribarlos!
🙂 Gracias a ti por hacerte acompañar en tus travesías por nuestros cuentos.
Los prejuicios, los recelos, las arbitrariedades… conceptos propios del Homo sapiens que le alejan de ser, como diría Eudald Carbonell, verdaderamente humano.
Parece que esos conceptos son antagonistas del término ‘Sapiens’. Con ellos sale a flote la parte más oscura de los ‘Homo’. Feliz día 🙂
El lobo en el sicólogo!!! Una estampa preciosa!!! original cuento e ilustración. Me encantan los cuentos tutifruti!! hechos de trocitos. Saludos cuenteros!!
Ya sabes, Juani, que lo mío es fijación por reescribir y mezclar. Que las versiones de los hermanos Grimm ya las tenemos muy vistas y, a veces, se han quedado un poco anticuadas (por no decir políticamente incorrectas) ;P Me alegro de que te haya gustado el cuento y, con respecto a la ilustración, solo puedo darte la razón. Descubrir a Elena solo ha hecho más especial el cuento de hoy.
A las dos nos gusta el lobo. Me ha encantado dibujar el tuyo. ¡Mil gracias por tus palabras!
A ti por tus dibujos
🙂 A medida para tu cuento. ¡Simbiosis perfecta! 🙂
🙂
No hay que poner límite a la imaginación!!! Saludos
De hecho, ella es muy suya y es imposible que alguien le ponga límites 🙂
¡Los Grimm nunca están muy vistos! 😀 😀 Cada nueva generación de niños los vuelve a descubrir, solo tenemos que pulir pequeños detalles ‘políticamente incorrectos’ para adecuarlos a nuestra sociedad, pero seguro que dentro de un tiempo nuestras ideas de ahora serán obsoletas, pero la esencia del cuento seguirá vigente, porque su mensaje profundo es universal e intemporal 🙂
Pues si, en cierto modo los cuentos necesitan un lavado de cara, adaptarse a los tiempos en que se cuentan, pero si esencia debe seguir intacta.
La sociedad ha evolucionado y, sobre todo, el papel de la mujer ha mejorado un poco, todo y que hay mucho camino por recorrer, pero hoy, como ayer y como mañana, la amistad, el amor, la compasión… Son sentimientos que no pasan de moda 🙂 ¡Si en el fondo estamos muy de acuerdo! 😀
Me temo que tú y yo siempre estamos de acuerdo, aunque no lo parezca ;p
¡Normal! Los grandes talentos coinciden 😀 😀
Mil gracias Juani. A mí también me gustan los cuentos tutifruti. Un abrazo de cuento.
🙂
😀 😀 ¡cuentos tutifruti! Me encanta esa expresión. Hace un par de semanas tu misma hiciste uno. Trocitos de cuento dentro de un cuento 🙂
me gustó mucho tu cuento, ¿será porque me gustan los lobos? no sé, pero está muy bien.
Entre tú y yo, a mi también me gustan mucho los lobos, de ahí que me decidiera a escribir este cuento. Basta ya de lobos malvados, también tienen su corazoncito y son unos animales preciosos que hay que proteger y respetar.
Los lobos sí, pero hay que andarse con cuidado de los que se disfrazan de lobos 😉
🙂 Cuando lo leí, yo también pensé que era un cuento especial, porque los lobos son animales preciosos, aunque hay quien se empeña, aun en la actualidad, de otorgarles mala fama 🙂
Ha sido un placer ilustrar tu cuento, Aurora. Hace ya bastante tiempo que pienso que los lobos no tienen el papel que les corresponde. Así que creo, que en este cuento, hemos conseguido que se les vea de otra manera, aunque solo sea por un día. ¡Enhorabuena por tu cuento!
A mi me ha encantado tu ilustración. Me alegro de haber descubierto tu trabajo con este cuento tan especial para mí.
🙂
Cuento e ilustración, una pareja perfecta para un homenaje a los lobos de cuento. ¡Gracias a las dos por este regalo precioso! Isla Imaginada ha ampliado sus fronteras un poco más 🙂
Me encantó. Están enlazados los diversos cuentos de una manera sutil y ágil; una nueva historia de lectura entretenida.
Felicidades a la autora y a los/as habitantes de La Isla Imaginada.
Un abrazo.
Solo quería resarcir al lobo de tan mal merecida fama. Porque ya se sabe que los rumores corren rápido por el bosque y luego nadie se para a comprobar cuánto hay de cierto. Al pobre lobo le colgaron el sambenito y así le iba.
¡Eso mismo creo yo! Pobre lobo si tuviera Facebook, la gente se limitaría a compartir sin comprobar si la noticia sobre él es cierta 😀
Uffff. Menos mal que, en los cuentos, lo de las redes sociales queda al margen, al menos de momento.
Dale tiempo 🙂 Seguro que ya hay alguien trabajando en ello.
Sí. Yo. Muahahaha
😀 😀 ¡Lo sabía!
Estoy de acuerdo contigo, Gema, Aurora ha conseguido hilar un precioso tapiz a partir de hilos de distintos colores 🙂
¿Y la escolarización del niño? ¿Eh? ¿Dónde queda? 😛
En serio, original como siempre. Y también como siempre, esa vuelta de rosca que aprieta un poquito más la realidad.
De los contenidos creo que te he mostrado mi más sincero asombro y admiración en varias ocasiones. Hay, sin embargo algo que nunca te he dicho pero que me encanta: Tu corrección escribiendo. en estos textos algo más largos se hace evidente.
Gracias, amigo, aunque en lo de la corrección he tenido la inestimable ayuda del Bicho que lee, autor de esta página, que sabe un montón de gramática y ortografía, y ayuda a que los salmones aprendamos un poco más.
Y adónde no llegan ni el Bicho ni el salmón, llegan las avellanas 😀
O las bellotas, jajajaja
😀 ¡Esas también son sabias! 😀
😀 😀 ¡Eso digo yo! Sin ir al colegio… Aunque pensándolo bien, mejor que aprenda directamente de la naturaleza, porque con los planes de estudio actuales no sé yo… 😀 😀
Ufff, estamos tomando unos derroteros la mar de reivindicativos. Empezamos con la conservación del lobo y acabamos con la reforma educativa. Este cuento da para más de lo que me esperaba, jajaja
😀 😀 😀 Suele suceder. Uno escribe sobre algo que supone baladí y los lectores descubren lo que sin saber hemos escondido y lo engrandecen con sus aportaciones 😉
Me gusta esta versión del lobo, sensible y amistoso. Así se rompen estereotipos, verdad?
Enhorabuena por esta colaboración, Aurora.
Besetes para las dos.
Ya va siendo hora de contar los cuentos en condiciones. Jajajaja
😀 Si es que las historias las escriben los ganadores, pero siempre hay una versión que el perdedor está condenado a no poder hacer pública. 😀 Aurora, le has dado voz al débil 🙂
Muchas gracias. ¡Un abrazo!
🙂
🙂 Es un placer trabajar con escritoras como Aurora e ilustradoras como Elena, con gran talento y cumplidoras. Con trabajos como los suyos, es fácil tener un blog. ¡Un abrazo, querida María!
Si que tiene que serlo.
Besetes a las tres.
🙂 Más para ti, María.
Ja ja ja.
Vaya título más original
Solo es una vuelta al original. Jajaja
😀 ‘Solo’, pero se había de pensar y el resultado ha sido fantástico.
😀 😀 ¡Yo también pensé lo mismo al leerlo! Parece casual y sin importancia, pero esconde mucho más de lo que parece a simple vista. Las palabras, su orden, su corrección… Nos envían mensajes que, en ocasiones, o no procesamos o lo hacemos de forma inconsciente. De este título se pueden decir algunas cosas 🙂
Tal cual. No era tan «simple» y es que el orden de las palabras predisponen y dicen más que lo que se lee a simple vista. Y el salmón es un poco retorcido.
El salmón es sabio y para seguir su ritmo hay que ser rápido 😉
Amistad, nos damos por entero, para seguir juntos en esto. Yo te escucho, tú me entiendes. Aprendemos a querernos con defectos y virtudes.
Amistad
El que posee ese tesoro, que lo guarde bajo siete llaves en el fondo de su alma 🙂
Según cumplimos años, descontamos amigos, ya casi solo con las manos
😀 Es que nos hacemos ‘virtuosos’ de la amistad y, como en todas las artes que vas perfeccionando, los ‘errores’ se enmiendan para quedarse solo con la esencia más auténtica 😉
Jjj yo debo ser de las que sólo toca stradivarius Jjj en fin a medias tintas mejor que no
Pues no, aquí queremos tintas enteras de la mejor calidad 😀 😀 Ya vamos teniendo una edad y las tonterías cada vez nos gustan menos 😉
Ni menos ni nada, si, serán los años, pero ya no aguanto ni que me tosan, igual me excedo, pero no tengo vuelta atrás
😀 😀 😀 Si algo tienen de positivo los años es que nos hacen más fuertes y seguras 😉 ¡Sin vuelta atrás!
Estamos hoy en momento porque yo lo valgo Jahsha
Besos guaper
😀 😀 😀 ¡¡Y lo valgo mucho!! Más besos para ti 😉
Francamente, que risas 🙂
Alguna vez he dicho por ahí que yo siempre he sido, desde pequeñito, de los de la cantinela «Al lobo lobito, al gigante y al ladrón / como nadie los quiere, yo les doy mi corazón», así que esta inversión de comportamientos con un final auténticamente feliz para los implicados, me gusta mucho más que las versiones de los 3 cerditos, Caperucita y demás.
Hay que defender al lobo, que es un animal precioso y necesario. Tendremos que reescribir los cuentos para que los «malos» también den su versión de los hechos.
Totalmente de acuerdo. La visión antropocéntrica y utilitarista (por no meterme en cuestiones sociales como la machista o conformista con respecto a una sociedad estamental) que se da en los cuentos es lamentable. Por fortuna, hoy en día hay reinterpretaciones (y creaciones nuevas) como la tuya.
¡Un saludo!
Cuando conseguimos apartar la paja (todo lo que dices es cierto, pero es fruto de la mentalidad de una sociedad determinada) del grano, conseguimos descubrir en esos cuentos valores humanos intemporales y universales. Lo que se necesita es ir al fondo y enseñar a los más jóvenes lectores a hacer lo mismo 🙂 No es tarea fácil renovar los clásicos, pero hay que intentarlo 🙂
¡Pues ya has dado el primer paso! 🙂
😀 😀 no conocía esa cancioncilla. Me ha recordado a la de George Brassens, ‘La mala reputación’ 😀
He dicho «ladrón» y es «dragón», por cierto. No sé en qué estaría pensando.
La canción es de Pepa Flores (Marisol), en «Tómbola». No la escuché directamente en la película, pero mi madre me la cantaba de crío y, mira, ahí se quedó 🙂
Qué bonita versión del lobo. Dan ganas de hacerse amigo de él. La verdad es que las cosas no son siempre lo que parecen… Besitos
Pues si. En todos los cuentos infantiles el lobo sale mal parado. Yo siempre sospeché que no por actos propios.
😀 😀 Hay mucha rumorología en los bosques. ¡No veas cómo el aire hace volar las noticias! 😀
Casi nunca en Isla Imaginada las cosas son lo que parecen. Te das la vuelta y ¡zas!, el lobito es bueno, la bruja buena y el príncipe malo, como decía Goytisolo 😉
Uyyyy, no me hagas hablar de príncipes malos… que también tenemos pendientes «re-cuentos» sobre eso
😀 😀 😀 ¡Necesitaremos varias vidas para llevar a cabo toda la ampliación de Isla Imaginada!
Precisamente, acabo de terminar un curso de cooperación. Me hubiera venido bien este cuento.
Con la de actividades en que te metes seguro que encuentras otra en la que usarlo, ratoncito.
He dejado una referencia del curso en Isla Imaginada para que veas de qué iba.
Esta tarde le echo un vistazo.
🙂
Eres incansable, ratón. Siempre aprendiendo 🙂
:D. Más pronto que tarde. Seguro que ya está dándole vueltas para encajar el cuento en alguna actividad 🙂
🙂 puedes compartirlo igualmente.
La colaboración es la mejor manera sacar partido para ambas partes 🙂 Hoy soy el primero que ha leido el cuento 🙂
Gracias por leerlo. Claro que colaborar es bueno para todos, en especial cuando, con ello, podemos enmendar errores.
En Isla Imaginada, ‘colaborar’ pertenece a la familia semántica de ‘aprender’.
😀 El primero o el último, pero siempre fiel a tu cita. ¡Muchas gracias por estar siempre cerca!