Un domingo, de mañana,
volvía Ignacio de misa
con su abuelita, una anciana
de bondadosa sonrisa.
Charlaba el chico de un modo
tan vario, que, a la verdad,
era un compendio de todo
su infantil garrulidad.
Y entre la abuela y él mismo
(¡Dios mío, qué abuelas estas!),
formaban un catecismo
de preguntas y respuestas.
-Abuela.
-Di, mi tesoro.
-¿Qué es eso que veo allí
que reluce como el oro?
-Un torreón o cosa así,
Y el sol por encima corre
-¿Qué es un torreón?
-¡Preguntón!
Pues…, algo así como una torre.
¿No ves tú mismo?: torre-ón.
(A las luces matutinas,
lanzaban áureos reflejos
las cúpula bizantinas
de un palacio, allá a lo lejos.)
-Di, abuela, ¿quién allí habita?
-Hombre, el dueño del palacio.
-¿Tendrá mucho oro, abuelita,
que así lo tira al espacio?
-Pero, ¡vaya una salida!
¡Me pones en cada aprieto!
(Y acaricia enternecida
la cabeza de su nieto.)
-¡Oh, quién fuera rico!
-¡Ignacio!
¿por qué ese capricho, di?
-Así tendría un palacio
como el que diviso allí.
Treparíamos de un salto
al torreón ese, los dos.
y estaríamos muy alto…
¡Casi a dos dedos de Dios!
Sonrióse la buena anciana,
y con emoción muy honda,
bajó su cabeza cana
hasta la cabeza blonda.
Y al mostrarle con el dedo
a un triste, muerto de frío,
dijo en su oído, muy quedo:
-¿Ves aquel hombre, hijo mío?
Pues, llégate a él, le das
al pobre un centavo o dos,
y de este modo estarás
mucho más cerca de Dios.
Poema: Pedro Emilio Gil (1875-1934)
Ilustración: Dianne Dengel (1939-2012)
Me gustan este tipo de poesías. Estos versos con bonitas rimas por los que no pasa el tiempo. Hay muchas formas de hacer poemas, y creo que todas son respetables aunque hoy en día se tiende a otras maneras de crear donde la rima quedó desterrada. Cuando asisto a los recitales poéticos veo que hay nuevas tendencias pero no debíamos olvidar a los viejos trovadores.
Compartimos totalmente tu forma de pensar porque para la buena literatura no pasa el tiempo y, por este motivo, cuando seleccionamos un cuento o un poema para el blog, lo elegimos porque nos parece bonito y trabajado y no porque sea moderno o antiguo.
Es posible que nos equivoquemos en muchas de las elecciones, porque los gustos literarios son muy subjetivos, pero lo intentamos 🙂
¡Gracias por la visita!