Dos hormiguitas cruzan a nado
las aguas puras de un arroyuelo.
¡Cómo bracean desesperadas!
pero el camino queda muy lejos.
—¡Basta! ¡No puedo seguir a flote!
Tengo calambres en todo el cuerpo,
dice llorando la más pequeña,
y se le quedan los miembros tiesos.
¡Ay que naufraga la pobrecilla,
mientras derrama perlas de viento!
mas, ¡oh prodigio!, baja un pato,
como llovido del mismo cielo.
Se mete al agua y al rato sale
con dos garrudos lunares negros.
¡Cómo se abrazan las hormiguitas,
con todo el gozo de estar viviendo!
Mas, como el pato de nuevo enfila
hacia la sierpe del arroyuelo,
ellas le quitan dos plumas blancas
y en paracaídas bajan al suelo.
Poesía: Óscar Alfaro (1921-1963)
Ilustración: monographo
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