Un día, en el expreso de Soria a Monterde,
vi que subía un hombre con una oreja verde.
No era ya un hombre joven sino más bien maduro,
todo menos su oreja, que era de un verde puro.
Cambié pronto de asiento y me puse a su lado
para estudiar el caso de cerca y con cuidado.
Le pregunté: —Esa oreja que tiene usted, señor,
¿cómo es de color verde si ya es usted mayor?
Puede llamarme viejo —me dijo con un guiño—,
esa oreja me queda de tiempos de niño.
Es una oreja joven que sabe interpretar voces
que los mayores no llegan a escuchar:
Oigo la voz del árbol, de la piedra en el suelo,
del arroyo, del pájaro, de la nube en el cielo.
Y comprendo a los niños cuando hablan de esas cosas
que en la oreja madura resultan misteriosas…
Eso me contó el hombre con una oreja verde
un día, en el expreso de Soria a Monterde.
Poesía: Gianni Rodari (1920-1980).
Ilustración: Margarita Espertino.
Gracias por compartir este cuento. Lo escuché uns vez para el día del niño en el jardín de mi nena cuando tenía 3 añitos. Este Domingo es el dia del niño y ya ella tiene 7 años, vendrán sus tios y abuelos, y compartiré esta historia!!
Nos alegra que disfrutéis en familia de esta preciosa poesía. ¡Feliz día para ti, tu nena y toda la familia!
Un abrazo cuentero.
Gracias es un mensaje de eternidad
Para fluir en la eternidad hay que tener una oreja verde
Miguel
Hay que aprender a escuchar el mensaje del universo y para hacerlo, hace falta mantener nuestras orejas siempre atentas 😉
¡Feliz día!
Genial! Gracias por compartir, me lo recomendó una amiga, este tipo de relatos les encanta a los chicos. Me encantaría poder leer y conocer más!
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Un saludo desde Isla Imaginada.