La historia verde de un hombre verde.

Ilustración: La casa de los cuentos
Si por casualidad un día conozco a alguien que no me comprende o que piensa que soy una criatura.
Si por casualidad un día conozco a alguien que no sabe ni llorar ni reír.
Si me encuentro con alguien así, le contaré la historia del hombre verde:
Había una vez que, en una ciudad verde, vivía un hombre.
Un hombre verde.
El hombre verde vivía en una casa verde,
con una puerta verde y ventanas verdes.
Tenía una mujer verde y dos hijos verdes.
Por las noches, dormía en su cama verde
y soñaba sueños verdes, verdes.
Un día, se levantó el hombre verde en una mañana verde,
se calzó sus zapatos verdes,
se vistió con su camisa verde y sus pantalones verdes.
Sobre la cabeza se puso un sombrero verde y salió.
El hombre verde subió a su coche verde
y empezó a conducir por una carretera verde.
A un lado de la carreta veía el mar verde;
al otro lado, un campo lleno de flores verdes.
Era un día precioso y el hombre verde estaba feliz,
cantó canciones verdes y se fumó un cigarro verde
del que salía humo verde.
Entonces, el hombre verde vio, junto a la carretera,
a un hombre azul que estaba de pie.
El hombre verde paró su coche verde
y le preguntó al hombre azul:
—¡Eh, hombre azul!, ¿qué haces tú aquí?
—¿Yo? —dijo el hombre azul— ¡Yo soy de otro cuento!
Este cuentecito es contado tanto a los niños de Israel como a los de Palestina y, entre todos ellos es muy popular. Nosotros lo conocimos gracias a Roni.
Aquí tenéis el audio, por si tenéis curiosidad de saber cómo suena en hebreo.
Letra: Yehonatan Geffen
Nos encanta que nos cuentes