Texto: Edición de Martes de cuento del relato «Les fées» de Charles Perrault (1628-1703)
Histoires ou Contes du temps passé. Avec des moralités, también conocido como Contes de ma mère l’Oye (ver el cuadro que hay sobre los personajes del libro en la foto inferior), de Charles Perrault, vio la luz en 1697 como un conjunto de ocho cuentos: «La Barbe bleue», «Le Maître Chat ou le Chat botté», «La belle au bois dormant», «Le petit Poucet», «Le petit chaperon rouge», «Cendrillon ou La petite pantoufle de verre», «Riquet à la houppe», «Les fées».
Perrault dirigió esta primera edición del siglo XVII al público adulto y sofisticado de los salones literarios de la corte de Versalles. No obstante, anterior a esta editio princeps nos llegan, por separado, versiones previas de algunos de los cuentos: manuscritos del propio autor o los publicados en Le Mercure Galant.
Con el tiempo, a la colección inicial se fueron añadiendo otros cuentos; algunos los incorporó el propio autor («Grisélida», «Pellejo de asno» y «Los deseos ridículos»), otros, aunque fueron aportaciones de otros escritores, se atribuyeron a Perrault.
La primera traducción española tardó ciento veintisiete años en ver la luz. Data de 1824 y ya estaba dedicada a los niños.
Posteriormente llegaron las de 1829, 1851, 1862…
Tal vez, la más destacada, sea la traducción de Federico de la Vega, publicada en 1863 por Abel Ledoux en París, que se hizo famosa por reproducir los célebres grabados de Gustave Doré:
- «Pulgarcito»
- «Caperucita roja»
- «La Bella durmiente»
- «Cenicienta»
- «Las hadas»
- «El gato con botas»
- «Barbazul»
- «Riquete el del copete»
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Desde que estos cuentos vieron la luz, no han dejado de editarse en todo el mundo. Esperamos que las ediciones que nosotros hemos hecho de algunos de ellos os gusten.
Ilustración: coda-leia
vuelve al cuento
Me hace gracia en estos cuentos clásicos lo malo que es siempre el malo y lo bueno que es el bueno. Y como se hace justicia al final. Nada que ver con la vida. O poco que ver.
Besos, Nona.
Poco que ver, sin duda… pero, sobre todo, con la realidad adulta y su visión del mundo. Los niños, en realidad, sí ven así el mundo, de una forma mucho más maniquea: malo o bueno; arriba o abajo; me quieres o no me quieres… Ellos son más de blanco o negro y los mensajes de los cuentos les llegan mejor de este modo. Luego, al hacernos mayores, es cuando percibimos la gran gama de grises intermedios que pueden llegar a tener las cosas. ¡Un abrazo, Paloma.
Este rincón tiene siempre el atractivo del descubrimiento y del trabajo bien hecho. El libro es una joya como son los grabados.
Muchas gracias, Nona.
Un fuerte abrazo.
¿Verdad que son preciosos estos libros? 🙂 Yo no sé si me decidiría por la primera edición o por la traducción con los grabados de Doré 😉